La tarde caía.
El solse escondía tras las sierras.
El camino estaba decierto.
Solo se sentía el canto de los pájaros,
Y un olorcito a flores silvestres a la orilla de éste.
María tomo su sombrero,lo puso
sobre su cabellera renegrida larga hasta su cintura.
Su cuerpo cubría con una falda negra hasta sus tovillos,
y bluza blanca anudada en la cintura,
sandalias color zuela en sus pequeños piés.
En su mirada color miel,lágrimas asomaban.
Tomo el viejo candado y la maleta que a su lado havía dejado
sobre la alfombra.
Habrió la puerta,miró nuevamento con sus bellos ojos
todo lo que dejaba,serró la puerta suavemente,
como queriendo no irce,suspiró profundamente y emprendió
con sus pasos muy lentamente el camino,ese que tantas veces
recorrió con su amado Juan,mientras de sus ojos lágrimas brotaban.
Un nudo serraba su garganta.
Un dolor muy profundo sentía en su pecho,su corazón latía
cada ves más fuerte.
Suspiraba,no quería irce,es que ese lugar le traía muchos recuerdos
vividos con su amado Juan.
Los recuerdos ivan y venían por su mente.
Cada paso se le hacía más pesado,temblaban sus manos,
no podía creer que todo se havía terminado,tan pronto,
como se borra con una goma,la palabra mal escrita.
Sus pasos se hacían más fuertes,como si a su lado alguien caminaba
dándole fuerzas.
Una briza suave beso sus mejillas.
Un susurro sintió en sus oidos,alguien le decía.
-No temas,todo pasara.
-LLegará el día,que se sierre tu herida que causo tanto dolor.
-Ya no llores,Juan está bien,no sufre y quiere que seas feliz.
Algo rosó su mano y cayo al suelo.
María se detuvo y miró,una pluma blanca havía caido del cielo,
la levantó y dijo simplemente.
¿Eres tú mi angel querido Juan?
¿que desde el cielo me cuidas?.
En sus labios una sonrisa dibujo,tocó con sus manos muy dulcemente
su vientre y dijo.
-Vamos mi niño,volvamos a casa,ya no estaremos solos,
nos queda en cada rinconcito el recuerdo de tu padre,
Que desde el cielo nos cuidará.
Detuvo los pasos,dió la vuelta y suavemente,volviendo a la casa
le contaba a su bebe,que abrirías las ventanas,dejaría que entrara
el perfume de las flores,pintaría nuevamente las paredes con el
Arco Iris para cuando naciera.
Y serían dos para vivir en vusca de esa felicidad perdida