Una mañana como tantas otras dentro de la cabaña, la chimenea daba ese calorcito
necesario para sobreyevar el cruel invierno.
Sobre la mesa la taza con humiante café y en el plato tostadas recien echas
acompañándolas un rico queso y una buena mermelada.
Una suave música se dejaba escuchar.
El joben hermitanio dejo su acha al costado del hogar para tomar el desayuno
y luego ir a buscar leña para que no faltara, pués era unos de los inviernos más crudos.
Al terminar tomo su abrigo su acha, llamo a su viejo perro su única compania.
Camino unos cuantos metros y justo cuando comensaba a juntar leña el ladrido
de su perro llamó su atención, miro y este desesperadamente trataba de arrastrar
un pequeño bulto, baya sorpresa suya cuando se acerco.
Era una joben de piel morena, sus manos conjeladas y sus labios violetas por el frio.
La tomo con sus brazos y rapidamente llevándola a su cabaña.
Le quito su ropa mojada envolviendola con una manta recostándola junto al hogar.
Preparo un fuerte café, trato de despertarla suavemente.
La joben abrio sus ojos color miel, sin entender nada muy asustada.
Y él con voz de un tono fuerte pero a la vez dándole un poco de calma dijo
-no temas no voy hacerte daño, le explico donde la encontro su perro,
le acerco sus ropas ya secas y se alejo para que se vistiera.
Al terminar la joven fue en su busqueda para darle las gracias.
Una tormenta de nieve se desato de pronto.
Él le aconsejo quedarce y ella acepto, pués nadie la esperaba
su vida transcurria sola en su rancho tras las montañas.
Pasaron los días y la joben decidio irce a su rancho.
Una tarde llegando la primavera, el joben se dió cuenta que a la joben extrañaba.
La cabaña no era la misma, sus risas no se escuchaban, ni el andar de sus pasos.
Penso tal vez ésto será el amor. Tomo flores de su jardín, busco el camino
más corto.
Su corazón latia más que nunca y al llegar golpeo la puerta casi entreavierta,
nadie respondió, fue hasta el jardín y allí estaba ella, se acercó muy despacito
puso la mano en sus ojos, ella se dió vuelta sus miradas se encontraron.
Ella pregunto¿ Has venido?
-sí he venido simplemente a decirte que ¡ te amo!
ella dibujo una sonrisa con sus labios y dijo
yo tambien ¡ te amo!.